LOS DESASTRES NO SON NATURALES

La vulnerabilidad a los desastres está aumentando a un ritmo superior a la capacidad de superarlos.

Cada vez que ocurre un desastre, solemos culpar a la naturaleza, rara vez se considera las acciones humanas que incrementan los riesgos y transforman un peligro en catástrofe. La vulnerabilidad a los desastres está aumentando a un ritmo superior a la capacidad de superarlos. Este fenómeno se debe a múltiples factores, incluyendo la expansión urbana descontrolada, la degradación ambiental y la falta de infraestructura resiliente. La urbanización acelerada, especialmente en áreas propensas a riesgos, incrementa significativamente la exposición y vulnerabilidad de las comunidades.

Desde hace varios años, se ha debatido globalmente para determinar si los desastres y catástrofes son naturales. La respuesta es clara: los desastres no son naturales. Estos resultan de la débil organización territorial y la falta de compromiso de los gobiernos. 

Las políticas públicas ineficaces y la falta de planificación a largo plazo contribuyen a la creación de escenarios donde los riesgos se convierten en desastres. La ausencia de regulaciones estrictas y la aplicación laxa de las existentes permiten la ocupación de zonas de alto riesgo y la construcción de infraestructuras vulnerables.

Es conveniente atribuir la culpa a la naturaleza y evadir la responsabilidad de las ineficiencias humanas, como la concesión de permisos de construcción en terrenos inadecuados o en zonas de riesgo, priorizando ganancias económicas sobre la prevención de problemas futuros. Por ejemplo, permitir construcciones en áreas susceptibles a deslizamientos o inundaciones, sin tomar en cuenta los estudios y análisis desarrollados con anterioridad, pone en riesgo no solo la infraestructura sino también vidas humanas.

 

Colaborador de ADRA ajustando casco de seguridad a persona de tercera edad de la comunidad, en talleres de reducción de riesgo. @ADRA Ecuador / SantiagoMera 2021

Más que una cuestión semántica, este cambio de enfoque permite una comprensión más profunda de los desastres y los fenómenos naturales. Reconocer que los desastres son en gran parte el resultado de decisiones humanas deficientes y de una gobernanza inadecuada es crucial para mejorar la gestión del riesgo. Este entendimiento nos lleva a implementar estrategias más efectivas, enfocadas en la reducción de la vulnerabilidad a través de la planificación urbana sostenible, la educación y la concienciación de la comunidad, y el fortalecimiento de las capacidades de respuesta y recuperación. Al abordar las raíces estructurales de la vulnerabilidad, podemos transformar nuestra respuesta a los desastres y avanzar hacia comunidades más resilientes y seguras.

Es importante aclarar que no es lo mismo decir que un desastre tiene como detonante un fenómeno natural a decir que un desastre es de origen natural. Los desastres son siempre el resultado de las acciones y decisiones humanas, y es este accionar lo que debemos cambiar, trabajando en materia de prevención de riesgos, no solo en respuesta. La prevención es más efectiva y económica a largo plazo. Por cada dólar invertido en prevención de riesgos, un país puede ahorrar entre cuatro y siete dólares en recuperación. Además, la diferenciación de conceptos mal interpretados entre desastres naturales y desastres provocados por la mala gestión nos lleva a una mejor gobernanza del riesgo, responsabilizando adecuadamente a quienes deben suministrar los mecanismos para reducir la vulnerabilidad y aumentar la capacidad de respuesta.

La responsabilidad social corporativa juega un papel fundamental en la reducción de riesgos de desastres. Las empresas privadas tienen la capacidad y los recursos para contribuir significativamente en la creación de comunidades más seguras y resilientes. Al invertir en infraestructuras resilientes, promover prácticas sostenibles y apoyar programas educativos y de concienciación, las empresas pueden reducir la vulnerabilidad y aumentar la capacidad de respuesta de las comunidades.

Colaboraciones estratégicas entre organizaciones como ADRA Ecuador y el sector privado pueden maximizar el impacto de las iniciativas de reducción de riesgos. Empresas pueden proporcionar financiamiento, tecnología y conocimientos especializados que complementan los esfuerzos de organizaciones humanitarias. Este enfoque colaborativo no solo beneficia a las comunidades, sino que también fortalece la reputación y el compromiso social de las empresas involucradas. 

La prevención de desastres y la reducción de riesgos no son solo responsabilidades de los gobiernos y las organizaciones humanitarias; es una tarea conjunta que involucra a todos los sectores de la sociedad. ADRA Ecuador, a través de sus programas y líneas de acción, demuestra cómo una gestión eficaz de riesgos puede transformar comunidades vulnerables en comunidades preparadas y resilientes. La responsabilidad social corporativa y el apoyo del sector privado son esenciales para alcanzar estos objetivos, ofreciendo recursos y conocimientos que potencian los esfuerzos de reducción de riesgos a nivel nacional, ya que, al trabajar juntos, podemos construir un futuro más seguro y sostenible para todos.

Ronald Estrella Velasco
Coordinador Nacional de Gestión de Riesgos y Emergencias
ADRA Ecuador

Obtenga más información sobre los programas de ADRA en Ecuador para apoyar al país durante las emergencias en las redes sociales de ADRA Ecuador.

Apoya este proyecto